martes, 7 de julio de 2015

Book Review: "Candy Candy, Lettere"

Como lo decía en el post del volumen 1 de la Final Story (que pueden leer AQUÍ), esta reseña contiene spoilers y altos niveles de fangirleo... y será laaaaargo. So, lean bajo su propio riesgo ;)
----

Empecemos desde el principio. Datos del libro:



Nombre: Candy Candy, Lettere (Vol. 2, Romanzo)

Autor: Keiko Nagita (AKA Kyoko Mizuki)
Editorial: Kappalab
No. de Páginas: 245
Idioma: Italiano
Primera edición en Italiano 2015
(La encuentran en amazón AQUÍ)

'Ora sí ¡a lo que te truje chencha

Primero que nada, déjenme comentar que pre-ordené el libro a inicios de marzo para que me llegara en el momento en que saliera porque, no están ustedes para saberlo, pero la editorial (como todo buen italiano) dijo "sale en mayo" pero no exactamente cuándo, tons para no arriesgarme lo pedí con anticipación. 

El libro, que es re-lindo con su portada blanca y letras azules y una plumita dibujada, me llegó el día 28 de mayo pero hubieron dos cosas que hicieron que lo pusiera en el cajón de las lecturas en espera: 

1. Estaba releyendo los potters y me faltaban los últimos tres libros que son los que más me gustan y mi cerebro no se quería desprender voluntariamente de la historia de "el niño que sobrevivió"; y 
2. En cuanto saqué la novela de su empaqué cometí un gran error. Mi gana por saber quién era el pinche Anohito me traicionó, me hizo correr a las páginas finales (Harry Burns tiene la culpa... no quería morir sin saber el final) y no encontré ningún nombre que me dijera nada. Tons díjeme "si de todos modos me he de quedar con la duda..."

Así que nada, terminé de leer los potters, les di sus buenos días de luto literario, aun sigo traumatizada por la muerte de tantos personajes; y justo ayer finalmente agarré el libro y le dediqué sus buenas horas. Es muy sencillo de leer y aunque no termina como hubiese querido me emocionó, suspiré, me reí y sí, también chillé un poquito. 

Este segundo volumen está dividido en dos partes principales que corresponden, la primera a una narrativa de la historia en el San Pablo; y la segunda a una serie de cartas con eventuales comentarios en donde se cuenta todo lo que pasó después de que doña cachos se va de Londres. Tiene después un epílogo con más cartas a Albert (en sus tres versiones: príncipe, tío abuelo y señor Albert) y respuestas del wero a Candy. Y termina con un "postfacio" en el que Mizuki (seguiré llamándola así) explica el porqué de su decisión de dejar a Anohito en la ambigüedad. 

Sí, nos la aplicó de nuevo la muy canalla, Anohito sigue y seguirá siendo el ÉL que cada quién decida que sea, y yo he decidido aceptar la opción del Señor García, porque en las palabras de la misma Misuki: 

Mi intención siempre ha sido mantener cierta ambigüedad (respecto al EL de Candy) [...] Creo que desvelar este particular secreto equivaldría a robarle el sueño a los lectores que me han seguido por tanto tiempo. 

No voy a decir que no la entiendo, explicado así hasta bonito suena, pero... digo... o sea... ¡no manches!, tantísimos años esperando que me dijeran si Tarzán pecoso (Tarzan tutte lentiggine) se había quedado con el príncipe o había regresado con Terry o había aceptado a Neal o qué se yo... se había fugado con el Dr. Martin. Pero bueno, los caprichos de los autores son los que nos permiten seguir escribiendo o leyendo a quienes disfrutamos de los fics

Ahora, vámonos por partes (pienso meter citas del libro tons comienza el chisme) 

1. EL REAL COLEGIO SAN PABLO. 

He de confesar que esta me sirvió para agarrarle cariño a Terry, que es un personaje bellísimo aunque algo hosco, pero te das cuenta que su hostilidad no es más que una armadura, porque él en realidad es gentil, inocente, divertido, apasionado..., en resumen es lindo. También me permitió adorar con todas mis fuerzas a Stair-vida-mía-de-mi-corazón, que sale muy poco, pero sus apariciones son dulces y alegres y siempre te roba una sonrisa. Reforzó mi repudio a Annie y Eliza... y, sorpresivamente Albert casi no es mencionado, sale únicamente cuando Terry y Candy se encuentran en el Blue River cuando la cachos va a contarle que la castigaron y no participará en el festival de mayo, y basta.

Obviamente toda la primera parte está enfocada en Terry y Candy. Te va contando como poco a poco su relación se va desarrollando. Al inicio con amor apache, no se soportan pero no pueden evitar buscarse; después con cierta admiración involuntaria y así hasta que ambos se dan cuenta que se quieren, aunque sin llegar jamás a confesarlo. 

Las famosísimas frases "mona pecas" y "Tarzan con pecas" están allí, para hacer enojar a Candy y reír al lector (imaginando, claro está, la risa del Terry argentino). Los primeros indicios del Terry enamorado te los dan desde la página 14 con un: 

Pensaba participar yo también al festival, pero si ella no está, creo que no iré. 

Algo que disfruté y al mismo tiempo me frustró fue ver como Terry se pone celoso con la sola mención del nombre de Anthony. Y, he de decir que es algo que le pasaba también al sobrino cuando Candy recordaba al Príncipe. Creo que la pecas vivía confundiendo a la gente. A Anthony le vio cara de príncipe y a Terry cara de Anthony... o será que si uno le hacía recordar a otro, subconscientemente ¿Terry le recordaba al príncipe? ¡Ajá-já!(Sorry, sorry, me dejé llevar). 

Pero volviendo a los celos: 

-- ¿Y quién es este Anthony?
-- Un muchacho que se parece a ti... o mejor dicho, al inicio creí que se parecían... pero son completamente distintos.
Terry sintió surgir su rabia sin poder hacer nada para evitarlo.
-- Sabes, Anthony era muy bueno cultivando rosas.
-- Entonces sí que somos distintos en todo. Sería de verdad molesto parecerse a un tipo debilucho que amaba cultivar rosas. No, gracias.
-- Estás diciendo cosas horribles [...] él no era débil. Era un muchacho fuerte y valiente.
-- A sí, ¿y qué ha sido de este Anthony? Supongo que prefirió a las rosas que a ti. ¿Adiviné?
-- Anthony... murió... se cayó de un caballo.
¿Ha dicho que murió?
-- Pobrecito. Rezaré para que su alma descanse en paz -- dijo, dio la vuelta y comenzó a alejarse.
-- ¡Terry! ¿Cómo te atreves a hablar de ese modo? -- le gritó Candy y Terry no entendía por qué se sentía tan furioso
Quien ha muerto no puede regresar, murmuró el muchacho dentro de su corazón. 
[...] ¡No aceptaré que me hables una vez más de Antony! Terry se sorprendió de aquel pensamiento. ¿Qué le estaba sucediendo? ¿Cómo era posible que no pudiese quitarse de la cabeza a aquella muchachita llena de pecas y con la nariz aplastada? 

Sip, Terry estaba celoso, pero es gracias a él que Candy logra superar su temor a los caballos y eventualmente el dolor de la pérdida de Anthony. 

Les había dicho antes que las famosas palabras de Albert después del funeral no salen jamás, así que Candy no había tenido a nadie que la ayudara a entender que, si bien, Anthony había partido ella seguía viva y, muy a su pesar, tenía que seguir adelante. 

El tío abuelo, claro está, le regala los trajes de Romeo y Julieta. Candy empareja a Stair y Patty y luego se encuentra a Terry, que la descubre cuando se está poniendo el traje de Julieta. Luego bromean, se ríen, bailan un poco y, cuando la mensa le dice que la misma pieza que están bailando es la que bailó por primera vez con Anthony, el duquesito se pone como un energúmeno, y que la castiga con un beso. Pero la otra sonsa se pone digna y le da un señor cachetadón y pus el otro que no era nada sentido que se lo responde y ella le vuelve a sonar y le dice: 

-- Si hubieses sido Anthony... si hubieses sido él...
-- Si yo hubiera sido Anthony ¿qué? Él habría sido más gentil. Pero está muerto ¿no? ¿Cómo haces para saber lo que habría hecho un muerto? - dijo agarrándola con fuerza. 
-- Me haces daño... déjame. 
-- Te hago daño. ¡Pues pídele a tu Anthony que venga a salvarte! Puedes gritar todo lo que quieras, pero él no vendrá. ¡Está muerto! ¡Se cayó de un caballo y murió! ¿O me equivoco?
Llorando, Candy dejó caer la cabeza. Los ojos de Terry parecían llenos de fuego y estaban fijos en ella. 
-- ¡Te haré olvidarlo! ¡Yo haré que olvides a este Anthony!
Sin decir más, el muchacho se echó a Candy a la espalda y comenzó a caminar a grandes pasos. Se dirigió a su establo privado. 
-- No te muevas. 
Terry habló con un tono inesperadamente dulce y la levantó hasta dejarla en la silla del caballo, después él se acomodó tras ella. 
-- ¡Vamos Theodora!
El caballo comenzó a cabalgar y Candy, temblando, se abrazó a Terry. El caballo corría a toda velocidad entre los árboles. El sonido de los cascos, el aroma del bosque: era todo como antes, pero ella no quería recordar. No quería pensar en Anthony que se giraba y, en el caballo que corría... Candy lanzó un grito y cerró aun más fuerte los ojos. 
-- ¡Eso, grita! ¡Llama a Anthony! ¡Él no vendrá! ¡Olvídalo! Debes olvidarlo. Quien ha muerto no puede regresar. Ya no siente dolor, ya no siente nada. ¡Abre los ojos! Abre los ojos y mira a tu alrededor.

Sí, sí, lo sé. Cuando lo leí yo también quise darle un par de golpes a Terry por ser tan bruto, pero fue precisamente esa agresividad la que hizo que Candy dejara de andar lamentándose por los rincones, llorando por su novio (que no fue novio) muerto. Y fue precisamente ese momento tan fuerte el que terminó de cimentar la relación entre ellos, fue el que fijo su amistad y fue el que me permitió ver que Terry también sufría, por algo que aún no se explicaba (luego te dicen que su papá no se interesaba de él y que sufría porque su mamá le había pedido que se fuera), pero que su forma de vivir las pérdidas era osada. Él luego se disculpa por haber sido tan brusco, pero no por haber hecho lo que hizo. 

¿Se acuerdan también que les había dicho que no salía la famosísima y odiada (al menos por mí) escena de celos de Annie? Pues sí sale, pero en otro momento. Annie, después de ignorar categóricamente a Candy por un montón de tiempo, un bien día le manda una nota donde le pide que se encuentre con ella y entonces, chillando y todo le ruega que por favor no le quite a Archie (uleeeeera!!!), y por chillona es que la cacha Eliza. Es justo ese día, mientras Annie le llora a Candy que Eliza la sigue y se entera de que ambas son huérfanas y le va con el chisme a Archie, pero él siendo el bello caballero que es le dice un "no importa de dónde vienes, nada puede cambiar lo que eres"

Luego viene Escocia, ¿suspiros? ¿Hartos, cierto? 

Sí, aparece la escena donde Terry salva a Eliza de ahogarse mientras Stair y Archie la ven y Neal les grita "no sabe nadar", "pues chíflale" (este... no. Se me mezclaron las historias). Y cuando Candy se encuentra por accidente a Eleanor Baker en la casa de Terry, y él le esta gritando que se vaya y Candy le pide que no sea grosero, que sea sincero y le diga la verdad a su mamá, que le diga cuánto la quiere y extraña. Y luego la mágica escena de cuando a Candy no la invitan a la fiesta blanca de Eliza y Terry la encuentra y la invita a pasar la tarde con él en su casa. 

A su regreso a Londres, Candy se encuentra con una carta de Albert en la que le comunica que se irá a África a trabajar primero en un hospital para seres humanos y le dedica un lindo "entre nosotros jamás podrá haber un adiós". (¡Mi vido!). [Después en una de las cartas del epílogo Albert le confiesa a Candy que se fue a África sin decirle nada a nadie (nadie=George y los Ardlay), porque quería descubrir si podía vivir solo sin necesidad de disponer de los contactos ni el dinero de su familia]. 

Y después viene la trampa de Eliza, que luego de despotricar contra Candy recibe un "Te agradezco mucho la advertencia. Y ya que andamos en esto, ¿puedo pedirte decirle a Candy que tenga cuidado de mí? Dile que Terrence es un fumador, que bebe, que roba y es un peleonero. Dile que soy un delincuente que ha infringido las reglas miles de veces". Son esas palabras las que llevan a Eliza (ardida!) a meter un par de notas bajo las puertas de las habitaciones de Candy y Terry, y los lleva a encontrarse en los establos, solo para que allí les cayera el chahuistle, es decir la Hermana Grey. Obviamente a Terry no lo querían castigar, pero él le dice a la directora que no le parece justo y pide que le apliquen a él el castigo de los dos y se va del colegio dispuesto a seguir su sueño en Estados Unidos. 

Cuando Candy se entera sale corriendo pero no lo alcanza y ya ahí termina la parte del colegio, con una carta dirigida al Tío Abuelo en la dice que se regresa a casa y le regala su diario para que entienda por qué. 

2. LAS CARTAS. 

Esta parte es interesante porque es una forma rápida de contar lo que sucedió cuando Candy decide dejar también el San Pablo, y te presenta a la Candy del presente (recordemos, 20 años después de la muerte de Anthony), que está leyendo las cartas que tiene guardadas en un joyero de madreperla que ha pertenecido a la familia de ÉL por mucho tiempo, ahí tiene guardados sus tesoros: el amuleto del príncipe, la cruz de la hermana María y un pañuelo de Terry. 

Las cartas van dedicadas a las personas que conoció durante su viaje, los Carson, Cookie, el capitan Nieven, el señor Juskin, y también a Terry, Archie, Stair, Patty, Annie, etc.; y cuentan sus peripecias. 

Mediante las cartas narra cómo se metió de polizón, cómo regresó a la casa de Ponny, cómo decidió empezar a educarse para ser enfermera... lo de New York, la muerte de Stair, cómo encontró al Albert amnésico... cómo descubrió quién era el tío abuelo. 

De todas estas me gustaría rescatar pedacitos que hablan de Stair, que fueron los que más me llegaron, así que, ay les van: 

De Stair a Candy (antes de regresar a Chicago): 

Sin ti, la escuela es triste y oscura. Sabes, yo no hago más que pensar en cómo crear un virus de la paz que pueda dispersar por los cielos, en modo que, al respirarlo, la gente deje de sentir toda esta gana de combatir. 

Recuerdo de Candy: 

Mi recuerdo de su imagen en aquel banco rodeado de niebla matutina... es el último recuerdo que tengo de él. Fue justo ahí donde me dio la cajita de música de la felicidad. Cuantas veces su música me ha dado consuelo. 

(btw, a Candy no le dan chance de ir al funeral de Stair)
Carta de Archie a Candy (triste):

Nuestros padres están desolados, y no hacen más que sufrir por la muerte de Stair. Y la tía Elroy parece no haber probado bocado en días. ¿Cómo pudo Stair hacernos esto? Y dime, ¿qué puedo decirle a Patty? No debía haber partido a la guerra. ¿No había regresado a Chicago justo para alejarse del conflicto? Anthony y yo considerábamos que Stair era demasiado tranquilo, pero probablemente, de todos nosotros era él la persona más pura y en grado de hacer grandes hazañas. ¿Pero, por qué se enlistó voluntariamente? Los Estados Unidos aún no están en guerra. Seguramente no lograba estar aquí mientras que en el mundo tantos jóvenes como él luchaban. Como sea que hayan sido las cosas, me he quedado solo. Nosotros tres (Anthony, Stair y Archie) crecimos juntos, jugando y tratándonos como hermanos. En el mismo momento he perdido a mi hermano y a mi amigo. La vida de Stair y Anthony era tan luminosa... 

Carta a Candy de Rolf Baughmann (el general de Stair)

La sonrisa de Stair, luminosa y pura, sin duda trajo, a esta situación claustrofóbica, un gran consuelo a muchos de sus compañeros, entre los que me incluyo. Se definía a sí mismo como un gran inventor, pero la mayor parte de las veces, sus creaciones se transformaban en fuentes de hilaridad. Una vez, durante sus ejercicios de vuelo logró dibujar un arco iris en el cielo. Probablemente, Alastair Cornwell era un hombre muy lejano a la realidad de la guerra. Stair se fue, desapareció en el sol del atardecer. Yo creo que combatir era para él como una plegaria. Por las noticias que he recibido parece que no le faltaron las oportunidades para golpear a su enemigo, pero Alistair Cornwell decidió inmolarse. Me han dicho que su avión, más que caer pareció lanzarse con ímpetu hacia el sol. Quiero que sepa que aquel día el sol del atardecer se iluminó con una luz intensa, maravillosa y dulce, como nunca antes había visto. 

Carta a Candy de Patty:

En aquel momento pensaba que seguiría a Stair en la muerte. Se enlistó sin decirle nada a nadie. Si lo hubiese sabido lo habría detenido con todas mis fuerzas, me había convencido a mí misma de que él no me había amado jamás y me sentí triste y dolorida.¡Yo lo amaba! Estaba de verdad enamorada de él y lo consideraba mi novio.

Ah, mi Stair que era tan lindo! Sí, chillé un poco y qué. La verdad es que nunca entendí, como bien lo expresa Archie, por qué siendo él un ser tan pacífico y alegre había decidido enrolarse al ejército. Pero, supongo que siendo un eterno idealista, pensaba que haría más bien ahí que estando quieto y a salvo en casa, pero me dolió que se muriera... y mucho. 


Luego, en una carta de Patty a Candy es cuando nos cuentan que Albert llegó al hospital Santa Juana: 

¿Es cierto que han encontrado al señor Albert en el hospital en el que trabajas? Me han dicho que en Italia ha vagado por distintos hospitales de campo y refugios para prófugos. Creo que ha sido obra del Señor que haya llegado hasta donde estás tú. La guerra es algo realmente de temer. 

Te cuentan también en una carta, que a Candy la despiden por insistir en ayudar a Albert. A él lo habían designado a una zona del hospital a la que mandaban a todas las personas que no tenían familia ni nadie que los cuidara y ella no podía estar en paz con eso. 

Y te dicen que después de que Albert se va de la casa Magnolia, y después de haberlo buscado como loca, a ella la invitan a la inauguración de un Hotel en Miami de la familia Lagan (que son exitosos hoteleros), en la que le informan que quieren casarla con Neal por órdenes del tío abuelo. Ella, entre enojada y triste le pide a George(s) que le diga dónde puede encontrar al viejo tío abuelo y se va a buscarlo a Lakewood, donde descubre que el anciano y excéntrico jefe de los Aldray no es otro que su querido y extraviado amigo amnésico (y se la arma de tos).

En todas las cartas siguientes en las que se refiere a Albert como el Tío Abuelo, lo hace en tono mordaz, porque es su venganza, y el wero la deja hacer lo que quiera. 

Hay una carta de Annie que me sorprendió bastante. En ella le pregunta a Candy por qué no le tiene confianza para contarle lo que pasó con Terry. Le dice que ha estado investigando y que ha descubierto que Terry decidió comprometerse con Susana (que sí la odias un poco) y que ella no se habría dado por vencida, que habría luchado e intentado de todo para seguir con él. Pero luego Candy le cuenta lo del intentó de suicidio de Susana y que Terry y ella jamás habrían sido felices teniendo a Susana como una sombra.

Después cuentan el Hamlet de Terry y la parte de Rockstown y hay con una emotiva carta (no enviada) a Terry con un "yo estaba enamorada de ti". 

La parte de las Cartas termina con (primero) una carta en la que Candy no acepta la invitación de Eleanor a Hamlet. Luego habla de un recorte de periódico donde se habla de la muerte de Susana (que nunca estuvo casada con Terry) y el final-final es una carta de Terry donde dice "para mí nada ha cambiado. No sé si alguna vez leerás estas palabras pero quería que lo supieras". 


3. CARTAS ENTRE CANDY Y ALBERT. 

El tono sigue siendo bastante formal. Candy lo molesta llamándolo Tío Abuelo, o Señor Albert, o Príncipe de la Colina. Él encarecidamente le pide que no lo llame príncipe, le dice que tolera lo de tío abuelo porque ya ni modos, aunque lo haga sentirse viejo, entiende que sea su forma de vengarse por haber guardado el secreto por tanto tiempo. Le cuenta por qué estaba en la colina de Ponny cuando la conoció, diciéndole que después de la muerte de su papá (su mamá muere al dar a luz), él se queda con la responsabilidad de ser el jefe de la familia, pero era muy joven, tenía ocho años, entonces los ancianos de su familia lo esconden y lo tienen prácticamente encerrado para que nadie sepa quién es. Cuando tenía diecisiete años, se harta, agarra un coche y se intenta escapar, llega a la colina y ahí es donde la ve y desde el inicio se queda prendado de ella. 

He de decir que no hay ni una sola confesión directa de Albert, pero todas sus cartas tienen frases que te hacen decir "¿así o más claro?", pero seguramente también me pueden decir que, siendo Albertmaniaca, veo lo que quiero ver. Pero vamos, que hombre (aunque sea personaje de cuento) le confiesa a alguien que es "el príncipe de la colina" después de esperar que el tiempo fuera más o menos el mismo que había la primera vez que se vieron y sin mayores cosas le dice simplemente "¿me puedes regresar el amuleto que perdí?". Ella llora, él la consuela y cuando ella le dice "¿soy más bonita cuando sonrío?", él le contesta: "ahora eres bella hasta cuando lloras"... Le dice además un "había recuperado la memoria pero no quería alejarme del calor de nuestra convivencia"... o sea ¡jelou! y le confiesa que su hermana le decía Bert, que era la única que lo hacía y le da permiso a ella de llamarlo así... ¡muero bien muerta!

Y en el final del epílogo la pinche Misuki, solo te dice que su ÉL regresa a casa que ella le dice "Bienvenido" (o bien regresado), se lanza a sus brazo y ya... FIN. ¡Se pasó!


Anohito seguirá siendo ÉL, pero ¡vaya que disfruté la lectura! Espero que ambos libros pronto estén disponibles también en español para que muchas más loquitas puedan suspirar y reír y llorar como yo. Y nada, gracias por aguantar este larguísimo post, espero que les haya gustado y a Candy-Candy, Lettere le doy cinco Pouppes (que por cierto Albert la deja en África y se muere de viejita sin que el wero se haya despedido). 



Y 'ora si ya... tan-tan. FIN. 

Seguidores