jueves, 3 de noviembre de 2016

Reseña: Flores para Algernon

¿Se han encontrado alguna vez una historia que los capture, les haga una bolita el corazón, los deje con una sensación de desconsuelo tremenda, pero que al mismo tiempo los haga sentir completamente felices de haberse topado con esa joya? Eso exactamente me pasó a mí con Flores para Algernon, un libro que me encontré por meritita casualidad y que se ha convertido, casi inmediatamente, en uno de mis favoritos. 

Antes de entrar directamente a la reseña déjenme decirles, que generalmente leo libros que me recomiendan, o que tienen una portada bonita o que me llaman la atención porque tienen un título interesante; y éste no entra en ninguna de las categorías antes mencionadas. Me lo encontré porque estoy escribiendo un fic y quería presentar a un personaje llevándole flores a otro, pero con un twist menos tradicional, y la idea de cómo hacerlo me la dio la peli "The Age of Adeline": llevar libros con títulos de flores; pero no quería poner ningún título de los que te vienen inmediatamente a la mente, tipo: El laberinto de la rosa, o el Tulipán negro; entonces me fui y le pregunté a San Google (que todo lo sabe) y acertadamente me dijo: Flores para Algernón de Daniel Keyes. Leí la sinopsis y decidí conseguirlo y leerlo y, oh-po-dío, ¡lo amé!

Otra cosa que debo confesar es que, el libro está catalogado como Ciencia Ficción, y mi ignorancia del género me hizo pensar en que habría robots y sería futurista y así, pero no; tiene mucha ciencia y bastante ficción pero nada de robots. 

Ahora sí: 

Datos del libro.
Nombre: Flores para Algernon (Flowers to Algernon)
Autor: Daniel Keyes
Editorial: Ediciones SM
No. de Páginas: 208
Idioma: Español
Premios: Hugo (1960, Novela Corta); Nebula (1966, Novela)
Género: Ciencia Ficción / Epistolar

La novela (que abre con un bello epígrafe de "La República" de Platón), cuenta la historia de Charlie Gordon, un hombre con problemas de retraso mental que a sus 32 años, con un IQ de 68 y un desarrollo emocional que lo hace comportarse más como un niño que como un adulto, se inscribe a una escuela para adultos retardados (en un curso nocturno) para poder aprender a leer y escribir y así ser más inteligente. Sus ganas de ser mejor, hacen que su maestra, Miss Kinnian, lo recomiende para un estudio experimental con el que, gracias a una neurocirugía y tratamientos cerebrales con encimas, se espera que la inteligencia de Charlie se incremente. Como parte de este experimento conocemos también a Algernon, un ratoncito, que ya se ha sometido al experimento (antes de pasar a humanos) y que ha demostrado ser sumamente inteligente. 


Esta reseña no puedo hacerla sin spoilers, porque, pus... nomás no, so... SPOILER ALERT!!!

Una de las primeras cosas que llamaron mi atención de este libro es que está escrito en primera persona, con un tipo de entradas de diario, llamadas "Informes de Progresos", que nos permiten ir leyendo e identificando la forma en la que Charlie se va haciendo poco a poco más inteligente. No les voy a mentir, los primeros informes pueden hacer que les duelan los ojos (sobre todo si son, como yo, medio grammar-nazzis), porque tienen una cantidad enorme de errores de ortografía, pero son geniales porque te dejan entrar en la mente de una persona que está aprendiendo a escribir y que escribe como habla, sin haches, ni acentos, ni puntuación. Así: 


Me yamo Charlie Gordon y trabajo en la panaderia Donner. El señor Donner me da 11 dolares por semana y pan y pasteliyos si qiero. Tengo 32 años y mi cumpleaños es el mes prosimo. Le e dicho al doctor Strauss y al profesor Nemur que no se bien escrebir pero dise que no inporta que debo escrebir igual que ablo y como escrebo las conposiciones en la clase de miss Kinnian en la clase de adultos retrasados del colegio bikman donde boi 3 bezes por semana en mis oras libres. 

Ven, duele. Pero desde el inicio deja claro que Charlie está yendo a un colegio y que un doctor y un profesor están estudiando su caso para ver que tan viable es someterlo al experimento que están desarrollando. Y Charlie está muy emocionado porque si todo funciona él podrá ser inteligente como los demás, porque él siempre ha deseado ser listo en vez de tonto, porque finalmente va a poder tener muchos amigos que lo quieran. Y sus informes te hacen sentir de verdad lo importante que es para él llegar a ser listo, al inicio no sabes bien por qué, pero el hombre se esfuerza por hacer lo que le piden, por entender lo que le dicen, por poder mejorar; y a medida que va recordando su infancia y creciendo intelectualmente, te queda clarísima la razón de su necesidad de no ser tonto. 

Cuando conocemos a Algernon, el ratoncito que ya ha sido tratado, vemos como Charlie intenta vencerlo resolviendo laberintos, pero el desgraciado Algernon es demasiado inteligente, y Charlie se desespera y se entristece porque incluso un ratón es más inteligente que él y llegas a sentir ese desasosiego. 

Finalmente, los médicos deciden aplicarle el tratamiento y, al inicio ni él ni yo veíamos ningún cambio, pero de pronto, por ahí se comienzan a ver palabras como "hacer" e "informe" y "marzo" bien escritas y la emoción te empieza a ganar. 

Es bien padre el viaje que va haciendo el personaje, y el método de escritura que desarrolló Daniel Keyes (con una buena traducción), es súper acertado, porque con cada Informe vas percibiendo los cambios en el lenguaje y expresión de Charlie hasta que te das cuenta de que, sí, él se ha vuelto mucho más inteligente que cualquier otro mortal. 

Antes les decía que la historia logró en muchas ocasiones hacer que el corazón se me hiciera chiquitito, porque te hace ver de una forma bastante clara y cruda como en ocasiones la gente (y me incluyo) no nos damos cuenta de que las personas que tienen algún tipo de discapacidad o problema mental "son personas" y Charlie te lo dice: 


Soy un ser humano. Lo era ya antes de pasar bajo el cuchillo de un cirujano. [...] Lo que usted ha hecho por mí no le da derecho a tratarme como un animal de experimentación [...] siempre he sido una persona

Y tiene que enfrentarse continuamente al hecho de que nunca nadie lo consideró así antes, ni siquiera sus mismo doctores, que en un momento dicen:


-- Nosotros [...] tenemos la satisfacción de saber que hemos tomado a un error de la naturaleza y que, gracias a nuestras nuevas técnicas, lo hemos convertido en un ser humano superior. [...] En lugar de una cáscara vacía desprovista de mente, un peso para la sociedad que no puede más que lamentar su irresponsable comportamiento, tenemos ahora ante nosotros a un hombre digno y sensible, dispuesto a tomar su lugar de miembro activo de la comunidad. 

¡Qué cruel suena! y qué fácil es identificarse con ambos lados de la moneda, porque estoy segura de que todos en algún momento nos hemos sentido completamente incomprendidos; y porque, seamos honestos, no sabemos comportarnos de forma adecuada (porque no los entendemos) con personas como Charlie, y Keyes nos golpea con la siguiente frase: 


Es extraño que personas que tienen sentimientos honestos y sensibilidad, que ni siquiera pensarían en burlarse de un desgraciado nacido sin brazos, sin piernas o ciego, no sientan el menor escrúpulo en poner en ridículo a otro desgraciado nacido con poca inteligencia. 
Y, esa es otra de las cosas que vuelven más rica la lectura y al personaje principal, porque como retrasado, Charlie era inocente, sentía miedo y no entendía muchas cosas, pero era feliz y cuando alguien reía el reía también. Pero a medida que su inteligencia se incrementa, él se va volviendo consciente de que la gente no se ríe con él, se ríe de él, le hace bromas pesadas y crueles; y al entenderlo, se va llenando de resentimientos y, de ser una persona risueña y amable, se vuelve desconfiado y resentido; deja de confiar en las personas que consideraba sus amigos y se sumerge en una melancólica tristeza que a medias cubre refugiándose en libros y conocimientos nuevos. 

La única persona en la que siente que puede confiar es Alice Kinnian, su maestra, y con ella descubre una faceta nueva de su desarrollo personal: el enamoramiento, el deseo sexual y la necesidad de ser amado. Y para él se vuelve un suplicio porque, aunque intelectualmente es un genio, emocionalmente es un adolescente inmaduro que no sabe cómo enfrentar sus sentimientos. Se imaginan desarrollar en cuatro meses, las emociones que generalmente se desarrollan en varios años. Y ahí comienzan a salir a flote los recuerdos y traumas de su infancia, y Dios..., esos duelen demasiado. Leer la tristeza que siente un niño (que no logra entender que se siente triste y culpable) porque su mamá se avergüenza de él es realmente difícil; y ver cómo de forma inconsciente, los actos de una persona afectan la psicología de un pequeño que aparentemente no es consciente de nada de lo que le pasa, es mucho peor. 

Y así, Charlie sigue aprendiendo, y creciendo y madurando en tiempo record, y en menos de cuatro meses ya es un genio, amargado y triste, pero listo; el problema ahora es que es mucho más listo que toda la gente que conoce y ahora nadie lo quiere porque es demasiado inteligente. Se dan cuenta, el quería ser listo para tener amigos que lo quisieran, pero ahora que lo es se encuentra más solo que antes, porque la gente no lo entiende y le tiene miedo. 

Su inteligencia llega al punto más alto, más o menos al mismo tiempo en que Algernon comienza a mostrar una serie de cambios en su personalidad demasiado extraños: se vuelve arisco, violento y antipático; y poco a poco empiezas a entender que algo falló en el experimento y que Charlie también está mostrando esos síntomas, y de ahí en adelante todo se va en picada. 

Él se da cuenta de que no le queda mucho tiempo siendo inteligente y consciente de lo que le está pasando, decide intentar encontrar el error del tratamiento para dejar un precedente y permitir que futuros estudios puedan darle una oportunidad mejor a alguien que ya no será él. Antes de perder todo se va a buscar a su familia para demostrarles a papá, mamá y hermana, que aquel chiquillo que tanta vergüenza les causó, logró crecer y mejorar y es un genio, y vaya que lloré esa parte de la historia. Logra por fin acallar por un momento al Charlie retrasado que vive en su mente, y alcanza a conocer lo que es ser amado completamente. Y finalmente, la inteligencia lo va abandonando, y de nuevo lo puedes percibir no solo por la dureza de sus notas y la desesperación que se siente en ellas, sino porque los errores de ortografía regresan, así que cuando te encuentras con un informe que tiene un "nuebo", un "marabillosa" y un "berla" entiendes que el sueño de Charlie está llegando a su fin, y el nudo en tu garganta se vuelve casi incontenible y te pones a chillar.  

Algernon muere, Charlie suplica un "por fabor... por fabor... que no olbide como se lee y se escribe" y la historia llega a un desenlace trágicamente bello. 

Y es así como Daniel Keyes logró escribir en 1959 una novela que en 2016 movió mi mundo, me conmovió de verdad, me hizo pensar y reflexionar en mil cosas, me dejó identificarme con los dos Charlies (el tonto y el listo); y por ello le doy cinco algernones y se va a mi estante de favoritos. 






Por cierto, en el 68, se hizo una adaptación al cine bastante buena de la novela corta, se llama Charly, si les interesa se las dejó aquí: 





Y ya. FIN. 


domingo, 4 de septiembre de 2016

Entre la vida y la muerte.


Fue hace tantos años ya. Creí que podía ser más poderoso que la muerte misma, creí que podía arrancar de sus frías y descarnadas manos a mis amados fieles, a todos aquellos infelices que sucumbieron ante el cruento ataque de la peste. Me encaminé en compañía de mis caballeros a las tierras atacadas, esperando tener la bendición de los dioses, y llegar a tiempo para frenar el ávido deseo de aquella monstruosa criatura. No podía dejar a mi pueblo perecer, pero no había mucho que yo pudiera hacer.
Aún así, decidí recorrer los caminos, en busca de aquellos que hubiesen logrado escapar del terrible beso que arranca los espíritus del cuerpo y los lleva a un destino que ahora con toda el alma deseo conocer. Corrí a lomos de mi corcel tan rápido como pude, pero no creo que si quiera el poderoso Hermes hubiese podido llegar más pronto que yo. Todo fue en vano. Derrotado por un enemigo que dejaba las marcas del sufrimiento en la piel de mi pueblo, pero que jamás nos dio la cara, regresé a casa, esperando encontrar allí, en los cálidos ojos de la mujer que amaba, el consuelo que no pude encontrar en los dioses.
El camino fue largo, pero cuando por fin vi mi morada, sentí mi cuerpo llenarse de energía, ella estaba ahí, esperando mi regreso. Casi podía verla, casi podía sentirla, casi podía tocarla; y entonces, cuando veía su mano acercarse a la mía, unos helados brazos rodearon mi cuerpo, un suspiró salió incontrolado del fondo de mi alma y, antes de que la más negra oscuridad cayera sobre mí, escuché su clara voz decir:
―Querías llevarte lo que es mío, ahora yo me llevo lo único que es tuyo.
No supe más de mí. Era como si mi vida hubiera sido arrancada de un sólo tirón de mi cuerpo. ¿Así se sentiría estar muerto? Y si ese era el caso, ¿dónde estaba la gente que me esperaba en el más allá? ¿Dónde estaba aquella luz brillante que guiaría mis pasos a lo largo de ese nuevo camino? Y sobre todo, ¿aquella infeliz que me había arrancado la vida no vendría a presentar su horrible rostro ante mí?
No sentía nada. Si esa era la muerte, que aburrida era y que significado cobraba entonces la tan socorrida frase "que trágico es morir".
―¿Dónde estás? –grité entonces con un alarido mudo–. Déjame verte, explícame ¿qué quieres de mí?  
El silencio se mantuvo, pero en mi mente escuché claramente el susurro aterrador de su voz.
Estás donde debías estar. Creíste que podías vencerme, pero el vencido eres tú, ahora me perteneces.
¿Estoy muerto?
Aún no, pero pronto lo estarás. Pocos son los que se atreven a contradecir mis designios, pocos tienen tu valor. Serás un excelente compañero. Estarás atado a mí por el resto de los tiempos.
¡Yo no compartiré nada contigo!
Eso es algo que no puedes decidir tú, ahora adiós. O quizás deba decir: hasta siempre.
¿Cómo podía yo vivir una eternidad así? Si moría, debía al menos tener la esperanza de hacerlo y poder esperarla a ella, para estrecharla en mis brazos en el mundo de los muertos y amarla como no había podido hacerlo en vida por mi necedad. No podía dejar que todo fuera como lo era en ese momento, desesperanza, frío y soledad.
Nunca más mis manos podrían sentir el roce cálido que sentía en ese instante, ¿en ese instante? ¡Sí! La podía sentir, mis manos estaban rodeadas por las suyas, inundando de calidez mi cuerpo. El roce de su piel sobre la mía llevaba el calor de vida directo a mi pecho y su voz, porque ahora escuchaba su voz, le pedía a mi alma que luchara por mantenerse viva, por no dejarse vencer.
―Regresa, regresa a mí –sollozaba.
Sus lágrimas bañaban mi pecho, sus manos estrujaban fuertemente las mías.
―Regresa, regresa a mí –imploraba.
Entonces mi alma rompió en un llanto que no podía salir de mis ojos. Mi corazón sufrió lo indecible por la pérdida más terrible, no lloraba por mi muerte, lloraba por el sufrimiento que mi partida producía en mi bien amada.
―¡Oh muerte maldita! –grité con furia–. Cruel y despiadada criatura, me has quitado lo único que es mío has dicho, pero lo hiciste sin siquiera saberlo. Pensaste que apresándome podías tomar mi vida, pero dime ¿qué es mi vida sin aquella a la que más anhelo? Tendrás mi vida y nada podré hacer para evitarlo, pero aquello que es sólo mío eso, aunque creas, jamás podrás tenerlo, porque eso ya le pertenece a alguien más. Ahora arráncame de una vez por todas de este sufrimiento; si he de vagar a tu lado por la eternidad, que la eternidad llegué a mí lo antes posible, porque si no lo hace, aquel valor que tanto veneras se verá destruido por las lágrimas que ahora lloro, por el dolor que siento al partir dejando sola a la única dueña de mi alma. Ven a mí, oh muerte maldita, acaba ahora con tu trabajo, no pondré resistencia.
Es tiempo entonces –susurró a mi oído y cuando intentó cubrir mis labios con su frío beso, algo pasó.
Regresa, regresa a mí. Por favor, regresa, regresa a mí.
Tómame ahora, te lo imploro –sollocé.
No puedo. Tu vida no es mía, tu alma tampoco. Regresa a ella, y espera mi visita. Volveré en algún momento y esta vez sí nada ni nadie podrá detenerlo.
Entonces abrí los ojos y me encontré con el profundo mirar de mi señora. Ella salvó mi vida y, durante toda su existencia, la barrera que sus ruegos pusieron en mi lecho de muerte, impidieron a mi terrible enemiga finalizar su batalla. Pero yo no pude hacer por ella, lo que mi adorada compañera hizo por mí. La cruel muerte encontró la forma de derrotarme llevándosela a ella de mi lado. Encontró la manera de arrancarme la vida y el alma con un solo movimiento. Y entonces me ganó de nuevo la batalla.
Hace ya más de doscientos años de aquello. Lo único que deseo ahora es poder morir, pero esa cruel guerrera me niega su guía, debo ser un ente errante: mitad hombre, mitad muerto; y vivir por el resto de la eternidad, en este espacio terrible, indefinido e intransitable; entre la vida y la muerte.


viernes, 5 de agosto de 2016

Review: Harry Potter and the Cursed Child


Sí, Harry Potter and the Cursed Child está disponible y a la venta (al menos en inglés) y aquí su servilleta como toda buena potterhead (que no sabía cuando lo estrenaban en español) corrió el día del estreno y se fue a comprarlo y leerlo y disfrutarlo y ahora les traigo una pequeña reseña, en la que intentaré no poner spoilers. So, a lo que te truje chencha



DATOS DEL LIBRO: 
Título: Harry Potter and the Cursed Child, parts one and two (Special rehersal edition)
Autor: Jack Thorne & John Tiffany
Casa Editorial: Scholastic, Inc. 
Fecha de publicación: 31 de Julio de 2016
Páginas: 320
Edición de pasta dura aquí costo: $399.00 (pesos mexicanos)
Edición kinddle aquí costo: $249.00 (pesos mexicanos)


Bien, primero que nada y supongo que si leyeron la descripción del libro en algún lado, sabrán ya que esta historia, que es considerada la octava parte de la saga de "El niño que sobrevivió", es en realidad una obra de teatro que se estrenó el día 30 de Julio del 2016 en el Palace Theater de Londres y, como se preveía, los boletos se agotaron algunos minutos después de ser puestos a la venta. 


Lo que estamos leyendo es el guión original de la obra, que no fue escrito por J. K. Rowling sino por Jack Thorne (un reconocido guionista inglés de teatro y televisión). La historia fue originalmente idea de Rowling pero ella le cedió la pluma (¿captaron?... pluma) a Thorne y John Tiffany (director de teatro) y se encargó de supervisar que las cosas quedaran más o menos con su estilo y a su gusto; aun así es bien claro que no fue nuestra querida J.K. quién lo escribió, pero es una nueva historia de Harry, Ron y Hermione; y sí Snape y yo aprobamos la idea. 

La descripción del libro dice además: 


"Siempre fue difícil ser Harry Potter y las cosas no se han vuelto más sencillas ahora que él es un empleado del Ministerio de Magia lleno de trabajo, esposo y padre de tres hijos en edad escolar.
Mientras Harry lidia con un pasado que se niega a quedarse en su lugar, Albus, su hijo más pequeño debe luchar con el legado de su familia. Cuando pasado y presente colisionan, padre e hijo deberán aprender una verdad incómoda: en ocasiones, la oscuridad proviene de los lugares más inesperados". 

Sí mi querido Dumbly-Dumbly-Dumbledore, yo también me puse a fangirlear a lo bestia. Y es que, después de nueve años (¡madre! me sentí vieja) desde la publicación de Las Reliquias de la Muerte, y uno desde la última vez que releí los siete libros, el cuerpo entra en abstinencia y ver las películas no siempre ayuda. 

The cursed child, que será traducido en español como "El legado maldito", nos lleva de nuevo al Wizarding World, al mismo momento en el que nos dejó el epílogo de Las Reliquias, diecinueve años después de la batalla de Hogwarts cuando Harry y Ginny van a dejar a sus hijos al anden 19 3/4 para que Albus Severus (pobre-criatura-tu-nombre-te-autoriza-traumas) Potter comience su primer año en la escuela de magia que jamás me mandó mi carta de aceptación (Gandalf aún te espero pa' mis 40)

Entonces vemos a nuestros más queridos personajes, Harry, Ron, Hermione..., y Draco, acompañando a sus niños para que vayan a educarse y hacer magia. Y leemos también la bella conversación entre Harry y Al, en la que nuestro héroe le confiesa a su hijo que el Sombrero Seleccionador siempre toma en cuenta la elección del niño para colocarlo en una casa, y que él se sentiría igualmente orgulloso si su hijo fuera un Slytherin porque uno de los hombres a los que más admira, Severus Snape, fue un Slytherin. 

Una de las primeras sorpresas que nos llevamos es que Albus y Scorpius (el hijo de Draco) se vuelven amigo, excelentes amigos, los mejores (aunque Rose, la hija de Ron y Hermione no esté de acuerdo). Y otra de las grandes llega después de que el Sombrero dice "ahora úsame y descubrirás a que casa pertenecerás". 

El pobre Albus es algo así como la ovejita negra de la familia, poco brillante, problemático y popular por todas las razones equivocadas; y Scorpius (me permiten decirles que adoré a Scorpius), a diferencia de su padre es brillante y tiene también un tipo de popularidad que no le agrada en absoluto. 

Ok, lo pensé mejor y no puedo escribir sin spoilers así que de aquí en adelante vendrán. Entonces, SPOILER ALERT!!! 

Supongo que ya todos lo dedujeron, sí Albus Severus es enviado a la casa de Slytherin y obviamente, siendo un Potter esa selección da muchísimo de que hablar porque: "OMG! ¿Cómo puede un Potter no ser un Gryffindor?" y al pobre niño eso lo atormenta. Es por eso que su mejor amigo es Scorpius Malfoy, otro inadaptado que carga los rumores de su nacimiento, la gente cree que es hijo del señor oscuro. Entonces dos inadaptados y rechazados sociales se vuelven amigos. Las cosas se ponen interesantes cuando Amos Diggory llega a la casa de los Potter pidiendo que le permitan utilizar un giratiempo para regresar al pasado y salvar la vida de su hijo Cedric (el guapo, no el vampiro brillosito), y Al lo escucha todo y conoce a Delphi, la sobrina de Amos que se vuelve su amiga y propone robar un giratiempo

Las aventuras comienzan, los chicos consiguen un aparato que les permite regresar años en el tiempo y comienzan un baile entre pasado y presente en el que se dan cuenta de que cualquier cambio que hagan en la historia tendrá fuertes consecuencias en sus vidas actuales, el más recurrente: Ron y Hermione no se casan, ni tienen hijos, pero secretamente se adoran con el corazón (me los como). Así, Albus y Scorpius regresan al torneo de los tres magos para intentar evitar que Cedric llegué al traslados junto con Harry y así sobreviva, pero las cosas no salen como querían, al grado de hacer que en uno de los viajes de vuelta consiguen que uno de los dos no nazca, por ello deben regresar a corregir sus errores. 

En uno de estos viajes leí una de las más entrañables conversaciones con Snape y lo adoré aún más. 

Algo que me gustó mucho, además de este constante brincoteo en el tiempo, fue la forma en la que Harry y Draco adultos encuentran un punto en común que los hace mostrarle al otro que en realidad no son tan diferentes entre ellos y que de no haber sido por los prejuicios que tuvieron cuando eran niños pudieron incluso llegar a ser buenos amigos, y solucionar esto: "es excepcionalmente solitario ser Draco Malfoy". 

La relación rota entre padres e hijos es también interesante, en un par de ocasiones quise entrar al libro y darle un par de sapes a Harry por ser tan bruto y a Al por malcriado. 

La sorpresa más grande se siente desde el inicio, cuando aparece Delphi, pero esa no se las voy a contar y voy a dejar que la disfruten cuando la lean, porque vale la pena.  

SPOILER ALERT OUT!!!

Esta historia, que es cortita, en formato teatral y super fácil de leer, no tiene la calidad de las siete anteriores, es menos profunda, menos oscura y tiene un sabor a FanFiction muy paladeable, pero es buena, es divertida y es una genial opción para alejarnos un poco del mundo Muggle y volver a soñar con la posibilidad de tener magia en nuestro interior (que me permitiría lanzar un Sectumsempra a una que otra persona), hacer hechizos, pociones y simple y sencillamente entrar aun mundo fantástico que nos ayudó a crecer aferrándonos a la idea de que aunque el mal y la oscuridad nos rodeen, la familia, los amigos y nuestro hogar siempre nos ayudarán a sanar nuestras almas y ser felices. 

Así que ya, fin. 

Y a Harry Potter and the Cursed Child le doy: 


Pero por llevarme de nuevo al Wizarding World, le concedo un Hedwig de oro (le daría un calcetín viejo pero no quiero que sea un Elfo libre)



y ya, adiós. 




P.S. El estreno en español de Harry Potter y el Legado Maldito, está programado para el mes de Septiembre y correrá a cargo de Editorial Salamandra ;)

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